No supo que lo despertó si el reloj de la sala dando la hora o unos retortijones en los intestinos , encendió la luz de la mesa de noche y miró la hora las doce y un minuto marcaba el reloj digital,de nuevo otro retortijón esta vez mas fuerte lo obligó a levantarse y acudir presuroso al amplio cuarto de baño ,se sentó en el excusado y descargó la frugal cena, la comida ,el desyuno y hasta la primera papilla de su vida.
Aún después de eso los intestinos rugían ,estiró débilmente su mano y alcanzó el teléfono de el cuarto de baño. Diseminados por toda la mansión había teléfonos similares para no tener que desplazarse en caso de querer llamar o atender llamadas,buscó el marcaje automático y al cabo de unos segundos una voz somnolienta respondió ;que pasa George , con voz cada vez mas débil contestó en un suspiro no se que me pasa tengo los intestinos como si quisieren ser evacuados ,ven cuanto antes estoy sudando frío y muy débil. El medico de cabecera a tiempo completo cosas buenas de tener dinero de sobra respondió; George hay que hidratarte de inmediato ,mejor te mando una ambulancia expresa nos vemos en el hospital, vístete que va para allá.
Como pudo después de limpiarse y sin fuerzas para cambiarse el pijama de seda se puso un sobretodo y bajó con paso vacilante la escalinata de mármol que accedía a la planta baja,llegó a duras penas al control maestro y accionó la apertura de la gigantesca reja de entrada a la mansión.
Acababa de programar el cierre automático para treinta minutos cuando un ulular de una sirena le indicó que la ambulancia llegaba en tiempo récord , sintió de nuevo un vahído acompañado de un dolor insufrible ,se dio cuenta que estaba a punto de perder el conocimiento y en un último esfuerzo llegó hasta la puerta de roble claveteado de acceso a la casa , giró el picaporte y salió al exterior sujetándose a una de las columnas del pórtico .
Dos uniformados de blanco descendieron de la ambulancia y en un despliegue de eficiencia tipo comando lo subieron a la camilla que habían desplegado y en menos de un segundo estaba sujeto por los amarres y subido a la parte trasera del vehículo ,uno de ellos cerró la puerta que había quedado abierta subió como una exhalación al auto que arrancó con un rechinar de neumáticos.
Al integrarse al tráfico de la avenida la sirena fue de nuevo accionada emitiendo un sonido que sonó como un lamento siniestro en el silencio de la noche ,quizás solo fuera producto de la imaginación o tal vez solo era el llamado efecto Doppler.